¿Qué opción nos queda, a los ciudadanos, para mostrar nuestra desafección y denunciar el trato indigno que sufrimos por parte de gobernantes, políticos y jueces?
Los tres poderes y su separación, son o deberían ser pilares de sustentación de una sociedad libre y democrática, pero tanto si los analizamos separados, que no lo están y deberían, como juntos, que si lo están, sus maneras de actuar, comportarse y pronunciarse hacen que la ciudadanía los considere mas un problema que una vía de transparencia y justicia para el correcto y digno devenir de cualquier sociedad democrática.
Los Jueces, no merecen la confianza ciudadana, los legisladores y políticos en general son merecedores de la mayor desafección jamás conocida y el Gobierno con su falta de transparencia, cuando no opacidad, se iguala o supera a los otros dos poderes en desconfianza y descrédito.
Los ciudadanos, a través de acciones llenas de romanticismo, folclore, cacerolas y asambleas reivindicativas, somos el arlequín que suscita risas y desprecio entre los gobernantes, políticos y jueces.
El menosprecio, desprecio y la falta de un comportamiento ético por parte de gobernantes, políticos y jueces, esta situando a los ciudadanos en una encrucijada de difícil elección... demostrada la inutilidad de las quejas y lamentos, a día de hoy ¿que nos dejan y nos queda para demostrar todas nuestras desilusiones, frustraciones e indignación de manera contundente y con la posibilidad de ser oídos, que no escuchados?... las calles!
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